10.10.08

Cin-Cultura? .18

El proceso de distribución de una película es uno de los elementos que determinan el éxito o fracaso en la taquilla.

La distribuidora a cargo de la mercadotecnia y la logística es responsable de determinar - sin margen de error - la cantidad de copias que deben acompañar al lanzamiento en salas de cine.

Existen dos ejemplos clásicos de recaudación alterada por la cantidad de copias distribuidas.

1) Si a una cinta se le realizan más copias de las que debería tener, no obtendrá suficiente público para llenar todas las funciones; creando un saldo negativo, que deberá ser liquidado a la distribuidora (quién pago en primera instancia cada copia con un costo aproximado de $1000 dólares cada una) por parte del productor del film.

El ejemplo aquí es Crónica de un desayuno y La hija del caníbal.

2) Cuando a una cinta se le hacen menos copias de las que debería tener, da como resultado una exhibición larga en cartelera (esta es sostenida por el público que hace fila para poder verla), acumulando dinero en taquilla sin haber realizado una inversión muy grande.

Aquí se encuentra el caso de El violín rojo.

Otra responsabilidad de la distribuidora, es elegir el momento adecuado para el estreno.

Un error que se ha cometido en el pasado, es el lanzar cintas similares en la misma fecha, provocando que la taquilla se divida y que las ganancias sean menores (de aquí el porque, ahora los estudios anuncian con años de anticipación sus fechas de estreno).

También se dan casos donde algunas cintas no logran encontrar el momento adecuado para su exhibición, provocando que su llegada a los cines sea retrasada incluso por años.

O inclusive, en casos muy extremos donde la calidad y/o la temática es considerada inapropiada para el público, puede provocar que el material sea enlatado durante décadas.

Aquí también hay incontables ejemplos: Nuevo mundo (1978) del director Gabriel Retes o Los cuatro fantásticos (1994).

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